
Aunque tanto la auditoría financiera como la auditoría fiscal implican la revisión de información contable y financiera, sus objetivos, enfoque y marco regulatorio son diferentes.
La auditoría financiera se enfoca en la confiabilidad y veracidad de los estados financieros de una empresa. Su objetivo principal es asegurar que los estados financieros (como el balance general, el estado de resultados y el estado de flujos de efectivo) estén preparados, en todos los aspectos materiales, de acuerdo con un marco de referencia de información financiera aplicable, como las Normas Internacionales de Información Financiera.
La auditoría fiscal, por otro lado, se centra en la revisión del cumplimiento de las obligaciones tributarias y fiscales de una empresa o persona física. Su finalidad es verificar que el contribuyente haya declarado y pagado correctamente sus impuestos de acuerdo con las leyes y regulaciones fiscales vigentes.